Japón: un cambio de época

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Fecha: 31/08/2009
Fuente: "The Economist"



El triunfo de Yukio Hatoyama, líder del Partido Democrático de Japón (DPJ), pone fin a 53 años de dominio del Partido Liberal Democrático (LDP) en la política nipona.

"Seiken kotai". Cambio de gobierno. Ése fue el lema de la campaña de Hatoyama, quien lidera "una agrupación izquierdista de renegados del partido de gobierno (LDP), socialdemócratas y socialistas". Las 308 bancas en la Cámara baja le aseguran una cómoda mayoría parlamentaria, aunque Hatoyama ha dicho que formará gobierno con otros dos socios menores que le permitirían controlar los dos tercios del Parlamento, necesarios para la aprobación de algunas leyes. El DPJ ya controlaba la mayoría del Senado.

The Economist recuerda que el milagro económico japonés comenzó a diluirse en la década del 90 y el país entró en un período deflacionario, aunque el LDP pudo mantenerse en el poder gracias a sus prácticas clientelares. El partido pareció renacer bajo el liderazgo del popular Junichiro Koizumi, quien estuvo a cargo del gobierno entre 2001 y 2006. Sin embargo, tras su salida del poder, el LDP no logró encontrar un liderazgo fuerte y el país vivió una sucesión de gobiernos débiles e inestables.

Entre los mayores desafíos de Hatoyama se encuentran, a nivel interno, la reforma de la burocracia estatal japonesa y una economía que fluctúa entre la recuperación y un nuevo período de desaceleración y, a nivel externo, un nuevo tipo de relación con EEUU que ha sido hasta ahora un aliado incondicional. El viaje a Nueva York para participar de la Asamblea General de la ONU seguramente permitirá el primer encuentro bilateral entre Hatoyama y Barack Obama.


Clave del artículo: La contundente victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias japonesas abre una nueva etapa en la vida política del país, tras más de medio siglo de predominancia del Partido Liberal Democrático.


Reflexión del editor

Tal como ocurrió en Italia a principios de la década del 90, con la salida de escena de la omnipresente Democracia Cristiana (DC), el cambio de gobierno en Japón permite superar una anomalía en la democracia de este país asiático, que -salvo un breve intervalo entre 1993 y 1996- estuvo gobernado por la misma fuerza política desde la fundación del Partido Liberal Democrático (LDP) en 1955, tras el fin de la ocupación militar de EEUU.

El anquilosamiento de estructuras políticas en el poder atenta contra la alternancia, requisito fundamental en cualquier democracia. En el caso japonés, como había ocurrido también con la DC en Italia, la confusión entre el poder del Estado y el partido de gobierno permitió la consolidación de un clientelismo que atenta contra la eficiencia de una sólida economía de mercado.

La necesidad de volver a poner en marcha el país y avanzar en reformas pendientes, que fueron iniciadas en su momento por Junichiro Koizumi, son algunos de los mayores desafíos que enfrenta el futuro primer ministro Yukio Hatoyama. También en el capítulo de la política exterior, se postula un cambio en las tradicionales relaciones de subalternidad con respecto a Washington. El nuevo gobierno pretende tratar de igual a igual con EEUU y discutir incluso la presencia de tropas estadounidenses en suelo japonés.
El mandato del pueblo nipón fue claro. Queda por verse si el Partido Demócrata de Japón (DPJ) estará a la altura de las exigencias de la población y puede volver a reanimar a la segunda economía del planeta.