Fuente: "Panorama" (Italia)
Fecha: 26/6/09
La esperanza, para los jóvenes iraníes, no es el derrotado opositor Mousavi. Las posibilidades de salir del statu quo están cifradas en Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, ex mano derecha del ayatollah Khomeini, quien fuera líder de la Revolución islámica de 1979.
Los periodistas iraníes lo llaman, con cierta malicia, "el tiburón", por su habilidad para eliminar enemigos internos, entre los cuales hoy se encuentra el presidente Mahmoud Ahmadinejad. Rafsanjani es la eminencia gris del régimen y estaría tramando la salida del actual líder supremo, el ayatollah Alí Khamenei, quien al bendecir la reelección de Ahmadinejad se ha ganado la enemistad de buena parte del clero chiíta y del establishment político de la Revolución.
Ex presidente de la República Islámica en la década del 90, khomeinista de la primera hora y garante de los equilibrios internos dentro del régimen, Rafsanjani fue acusado por Ahmadinejad de "corrupto" durante la reciente campaña electoral. Hoy está al frente de la Asamblea de Expertos, el órgano que reúne a los juristas islámicos encargados de designar al líder supremo (al que, en teoría, también podrían destituir). Sin embargo, esta última situación no ocurrió nunca en los 30 años del régimen.
Aliado tácticamente con Mousavi, Rafsanjani es el único líder iraní que está realmente en condiciones de hacer frente a Ahmadinejad. La actual crisis muestra una profunda fractura -tal vez, irreparable- dentro de la dirigencia iraní. Incluso entre los clérigos chiítas comienza a dudarse acerca de la legitimidad de los últimos comicios y de la sangrienta represión.
Como ejemplos del actual descontento, se puede mencionar el caso de Alí Larijani, actual portavoz del Parlamento, quien prefirió no asistir a los festejos por el triunfo del actual mandatario. Por su parte, Alí Fazli, un héroe de la guerra contra Irak, fue removido de su cargo de jefe de los Guardias Revolucionarios, según fuentes indiscretas, por su oposición a la línea represiva elegida por el gobierno para contener las manifestaciones y las protestas luego de la reelección de Ahmadinejad.
Algunos "peces gordos" se muestran cada vez más disconformes y esperan que Rafsanjani encuentre la solución para salvar el honor de la Revolución y evitar un baño de sangre que podría decretar el fin de la teocracia khomeinista en Irán. La gran paradoja es que él sea también la última esperanza, para quienes sueñan con la libertad y la democracia en el país, cuando en verdad se trata de una figura que representa la continuidad del régimen y la conservación de los viejos equilibrios institucionales y políticos dentro de la República islámica.
Clave del artículo: Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, un líder conservador pragmático que representa la continuidad dentro del régimen islámico de Irán, es paradójicamente la única figura política capaz de enfrentar a Ahmadinejad y al propio líder supremo Alí Khamenei.
La esperanza, para los jóvenes iraníes, no es el derrotado opositor Mousavi. Las posibilidades de salir del statu quo están cifradas en Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, ex mano derecha del ayatollah Khomeini, quien fuera líder de la Revolución islámica de 1979.
Los periodistas iraníes lo llaman, con cierta malicia, "el tiburón", por su habilidad para eliminar enemigos internos, entre los cuales hoy se encuentra el presidente Mahmoud Ahmadinejad. Rafsanjani es la eminencia gris del régimen y estaría tramando la salida del actual líder supremo, el ayatollah Alí Khamenei, quien al bendecir la reelección de Ahmadinejad se ha ganado la enemistad de buena parte del clero chiíta y del establishment político de la Revolución.
Ex presidente de la República Islámica en la década del 90, khomeinista de la primera hora y garante de los equilibrios internos dentro del régimen, Rafsanjani fue acusado por Ahmadinejad de "corrupto" durante la reciente campaña electoral. Hoy está al frente de la Asamblea de Expertos, el órgano que reúne a los juristas islámicos encargados de designar al líder supremo (al que, en teoría, también podrían destituir). Sin embargo, esta última situación no ocurrió nunca en los 30 años del régimen.
Aliado tácticamente con Mousavi, Rafsanjani es el único líder iraní que está realmente en condiciones de hacer frente a Ahmadinejad. La actual crisis muestra una profunda fractura -tal vez, irreparable- dentro de la dirigencia iraní. Incluso entre los clérigos chiítas comienza a dudarse acerca de la legitimidad de los últimos comicios y de la sangrienta represión.
Como ejemplos del actual descontento, se puede mencionar el caso de Alí Larijani, actual portavoz del Parlamento, quien prefirió no asistir a los festejos por el triunfo del actual mandatario. Por su parte, Alí Fazli, un héroe de la guerra contra Irak, fue removido de su cargo de jefe de los Guardias Revolucionarios, según fuentes indiscretas, por su oposición a la línea represiva elegida por el gobierno para contener las manifestaciones y las protestas luego de la reelección de Ahmadinejad.
Algunos "peces gordos" se muestran cada vez más disconformes y esperan que Rafsanjani encuentre la solución para salvar el honor de la Revolución y evitar un baño de sangre que podría decretar el fin de la teocracia khomeinista en Irán. La gran paradoja es que él sea también la última esperanza, para quienes sueñan con la libertad y la democracia en el país, cuando en verdad se trata de una figura que representa la continuidad del régimen y la conservación de los viejos equilibrios institucionales y políticos dentro de la República islámica.
Clave del artículo: Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, un líder conservador pragmático que representa la continuidad dentro del régimen islámico de Irán, es paradójicamente la única figura política capaz de enfrentar a Ahmadinejad y al propio líder supremo Alí Khamenei.
0 comentarios :: Rafsanjani, el "tiburón" que puede sacar a Irán de la crisis
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