Japón y China pelean por las minas de litio en el mismo campo de batalla de James Bond

Fuente: Times

Fecha: 15/06/09

Los desiertos aislados y soleados del sudoeste boliviano están listos para convertirse en el campo de batalla energético del siglo XXI, con China y Japón reclamando temprana y agresivamente su participación en la grandes reservas de litio.

Los japoneses pueden haber ganado el primer round, pero tras la frustración por la caída del acuerdo con la minera Río Tinto, los chinos podrían redoblar sus esfuerzos para ganar posición en las llanuras saladas de Sudamérica.

La avanzada diplomática y empresaria agresiva de Tokio y Pekín sobre Bolivia está empujada por el mismo sueño: el control futuro del mercado mundial de vehículos eléctricos.

Una amplia oferta de litio, al menos con la tecnología actual, es el arma fundamental en esa batalla. En este sentido, los geólogos afirman que la relación de Bolivia con el litio es similar a la de Arabia Saudita con el petróleo.

Un funcionario de primer nivel japonés en el tema afirma que China se está convirtiendo en el primer productor de autos a nivel mundial y su principal rival a futuro. En especial, el funcionario hace hincapié en la gran cantidad de capital que su competidor está invirtiendo.

En la actualidad, Chile es el mayor productor de litio, pero se estima que la mitad de las reservas mundiales se encuentran en el Salar de Uyuni en Bolivia.

Al respecto, los funcionarios japoneses entienden que una buena relación con La Paz es la llave para todo.

Para Japón, cuya economía orientada a las exportaciones está dominada por industrias dependientes del litio como la automotriz y la electrónica, se trata de una lucha por el mantenimiento del status quo. Con fuentes confiables de litio a largo plazo, las compañías japonesas pueden continuar produciendo baterías para laptops, cámaras digitales y teléfonos celulares; aunque también le será posible a las automotrices japonesas traducir su habilidad para la manufactura en producción en masa de vehículos eléctricos.

Para China la motivación para el dominio del litio es aún más irresistible: habiendo dominado Estados Unidos, Alemania y Japón el desarrollo de los autos a combustible; le llevaría muchos años a China igualar ese nivel de desarrollo.

Por el contrario, los autos eléctricos representan para China aún un nicho vacío.

La última movida de Japón en la búsqueda apurada de esta valioso recurso incluyó la visita a Bolivia de una delegación de figuras gubernamentales y empresarias que incluyó a ejecutivos de Mitsubishi y Sumitomo, donde se habría formulado una promesa de que la tecnología de minería japonesa sería compartida con su contraparte boliviana.

Mientras se estima que son abundantes las reservas de litio bajo el Salar de Uyuni, sitio donde fue filmada la película de James Bond Quantum of Solace, su extracción tampoco se supone tan accesible como en otros sitios del mundo. En este sentido, se calcula que el conocimiento japonés sería la solución al problema.


Clave del artículo: la avanzada diplomática y empresaria agresiva de Tokio y Pekín sobre Bolivia está empujada por el mismo sueño: el control futuro del mercado mundial de vehículos eléctricos. La relación de Bolivia con el litio es similar a la de Arabia Saudita con el petróleo.

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